Todo comienza en un fértil valle del este de África. Hace 2,5 millones de años, los predecesores del Homo sapiens, parecidos a simios, comenzaron a trabajar piedras allí para cortar la carne de los cadáveres. La invención del hacha de mano es uno de los primeros grandes momentos de la Edad de Piedra, con el que comienza el asombroso viaje del hombre hacia la civilización. La carne aporta un plus en proteínas y así favorece el desarrollo del cerebro. Este es el requisito previo para otro gran momento, que ocurre alrededor de un millón de años después: la domesticación del fuego, luego inmortalizado por los griegos en el mito de Prometeo.